domingo, 18 de marzo de 2012

Las continuidades se van, como todas las continuidades que alguna vez se van

Tanta fantasía lo confundió todo y por eso las continuidades se van. Parece que ya no las hay, parece que las empezamos a soltar. Parece que nos chupan un huevo...
Y entonces las dejamos ir. Y para que la despedida sea sentida y celebrada, nos vamos así, con el inicio de despedidas que no huyen, sino que se van.


"Había salido decidido a ir esta vez a caminar y hacer algunas compras. Me decía, mientras me cambiaba con algo más de entusiasmo que el de cualquier domingo a la mañana, que algunas cosas podían empezar a cambiar. ¿Por qué no lo harían? ¿Cuándo empecé a creer que las cosas serían para siempre? Siento que es una pregunta viva, de esas que muerden por todos lados pero que sin embargo algún día uno las tiene que soltar, aunque muerdan. Las preguntas que muerden creo que son las que salen enloquecidas porque no aguantan más, como los perros que salen a dar paseos cada tanto y cuando lo hacen son un desborde de emociones desarticuladas, ladridos inconexos, fantasías miles, paranoia y defensa, cola tiesa al acecho, cola de una alegría incontrolable. Yo pienso que esas preguntas cuando salen como salen son como esos perros que salen cuando salen. Mi perra es así, pero nunca había pensado que era como una de esas preguntas" (Algo será de esto, Luis Wainer)